Don Draper, interpretado por Jon Hamm, en la fantástica serie Mad Men, se ha convertido en uno de los personajes que más han roto la frontera entre ficción y realidad.
Y no sólo es admirado por féminas y homosexuales. Todos le queremos y le veneramos. A Don le tocó vivir una época dorada. Más que vivir le tocó follársela por donde quiso. Pese a sus perturbaciones, sus vicios y problemas interiores, Don es un espejo para la sociedad actual y eso que su vida transcurre hace más de cincuenta años.
Después de ver el episodio de ayer me di cuenta de que en nuestros días ya no existen galanes triunfadores. O por lo menos no los hay con clase y presencia de espíritu.
¡Pero me equivoqué! Es verdad que su momento álgido pasó pero casualmente ayer estaba dando una entrevista en televisión y pude comprobar como su aura continuaba siendo la misma. Su nudo de corbata perfecto, sus gestos, su bronceado y su forma de mirar.
¿Quién no le ha dicho nunca a una chica "chatina"?
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