En Barcelona ya no quedan pasos de zebra de esos de las rayas largas prolongadas y paralelas. No los ponen enteros porque en caso de lluvia, las rayas blancas resbalan mucho y las motos tienen más probabilidad de caerse y, si esto sucede, (y puedes demostrarlo claro) la responsabilidad es del Ayuntamiento.
Aquí las cosas van así. En lugar de utilizar una pintura antideslizante o simplemente multar al responsable de la lluvia (cosa que saben hacer a las mil maravillas), deciden dejar dos pegotes a modo de paso de zebra.
Este invierno vinieron a Barcelona Selma y Esther, naturales de un pueblo de Teruel. Las fui a buscar a la estación y lo primero que dijeron al salir a la calle y fijarse en los pasos de zebra fue:
"Joder, serán rancios estos catalanes. Seguro que les dijeron: tomar, dos cubos de pintura para toda la ciudad."
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