12 de abril de 2010

El clásico nos quita la clase

No sé si existirá alguna otra cosa más inútil que nos descalifique tanto como personas. La rivalidad genética entre Barcelona y Madrid se me escapa a mi pobre razón y más aun cuando se reduce a dar patadas a un balón. De repente, un número ingente de personas se convierten en perfectos analistas deportivos, despotricando sobre decisiones técnicas de personas que ganan mucho dinero por hacer lo que hacen.

También me llama la atención la bipolaridad a la que se puede llegar. En cosa de un instante puedes comentar: joder, menudo pedazo de jugador, ¿has visto que pase ha dado?, y en la siguiente jugada etiquetar al mismo como un patoso niño probeta por haberse resbalado y no haber alcanzado el balón.

Tal vez sea del todo cierto la expresión “pan y circo” para tener al personal entretenido y sin pensar. Sin pensar en nada.

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