3 de junio de 2009

Barcelona a 75 metros

A 75 metros de altura cuando no llegas al 1,70 te parece todo muy guay.


A esa altura el ser humano siempre comete el error fatal de formular la pregunta: "¿A ver donde está mi casa?". Tienes la vaga esperanza de poder ver hasta la etiqueta del buzón.

Mi orientación es nula elevado a la 0. No hace mucho Santi me contó una anéctoda cojonuda respecto a la orientación.

Un familiar suyo de significativa edad se desplazó desde su pueblo a Santiago de Compostela. No los separa muchos kilómetros. El hombre fue en autobus y como siempre que te desplazas en transporte público bebió un poco de más. Cuando decidió volver ya había acabado el servicio público de transportes. Por ello decidió ir poco a poco andando hasta casa siguiendo la carretera. De pronto, le entraron ganas de fumarse un cigarro. El viento venía de cara así que para encendérselo se dió la vuelta para proteger con su cuerpo la llama del mechero. Tan pronto se lo encendió siguió andando... hasta que llegó de nuevo a Santigo.

Espero que nunca se llegara a plantear al sorprenderse que estaba en el punto de partida que había sido capaz de dar la vuelta al globo terráqueo. ¡Que los gallegos son muy gallegos!

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