3 de septiembre de 2010

Los indígenas de Uri no tienen casa

Hoy he vuelto a comer con Uri (Urigeler). Es este chico que le apasionó tanto lo que estaba estudiando que decidió convertirlo en su sueño.

Mientras esperaba su lasaña de carne estaba leyendo esta noticia en El Periódico.

De pronto, el tiempo se paró y el chino incluso dejo de jugar a la máquina tragaperras*.
Uri apartó la visto del papel y expuso:
- ¡Menuda tienen liada con los indígenas!
- ¿? (no sabía de que iba nada)
- Joder, con los indígenas. Con las personas que viven en la calle.

Después de procesarlo, el engranaje del tiempo volvió a su compás habitual. Volvió al tiempo en el que cuando hablas tienes que usar las palabras más apropiadas porque cuando no lo haces sabes que lo estás diciendo mal.

La mirada de Uri durante ese momento fue de total convicción sobre la palabra que utilizaba. Él era el único en el mundo que estaba plenamente convencido de lo que decía.

¿Y si somos los demás los que nos estamos equivocando?
¿Y si cometí un error partiéndome la caja de Pandora? ¿Y si cometí un error diciéndole que la palabra era indigente?

* El tema de las tragaperras se abordará en otra ocasión.

1 comentario:

Guillem dijo...

Delicioso xDDDDDD Los camareros del gallego os echan de menos ^^